27/10/09

ATARDECER

Corazón rojo, rebosante de lágrimas

olvida el eterno resplandor de su sonrisa,

dedicame tan sólo una metáfora,

en la última celebración del milenio,

¡devastado está mi corazón,

si preguntaste si algún día Dios se haría cargo!

Mi pena es tán profunda y mi recuerdo tan ínfimo,

mi coraje ante la aurora, siempre despierto

se aleja un barco, fruto del deseo extraviado,

se aleja de mí y nos alejamos para siempre ambos.

Corazón agónico,

rima en mí la semilla del mal,

como la única existencia posible

corazón cuyo renombre se agota en la distancia

aprendí de ustedes hombres

los senderos del oscuro rebalse,

al parecer amanecimos juntos, de la mano

y el calor de pronto me agotó la semilla

suena un eco sordo,

oscura reverberancia de mi cerebro

acorralado contra un féretro, yo soy hombre

y la pieza esencial de mi lectura

no da espacio suficiente a mi agonía

que sin duda los extremos

determinan ya su historia quebrada

algo en nosotros _ como una ventana

habríase declarado abyecto

suenan, siempre, los sonidos sonidos de mi espejo

la permanente maquinación,

el miedo por vias del medio

la injusticia de mi decadencia,

el extraño asalto que significó tu cercanía

el llanto incesante de mi estómago abierto

el llanto incesante de mi corazón corroído.

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