Corazón rojo, rebosante de lágrimas
olvida el eterno resplandor de su sonrisa,
dedicame tan sólo una metáfora,
en la última celebración del milenio,
¡devastado está mi corazón,
si preguntaste si algún día Dios se haría cargo!
Mi pena es tán profunda y mi recuerdo tan ínfimo,
mi coraje ante la aurora, siempre despierto
se aleja un barco, fruto del deseo extraviado,
se aleja de mí y nos alejamos para siempre ambos.
Corazón agónico,
rima en mí la semilla del mal,
como la única existencia posible
corazón cuyo renombre se agota en la distancia
aprendí de ustedes hombres
los senderos del oscuro rebalse,
al parecer amanecimos juntos, de la mano
y el calor de pronto me agotó la semilla
suena un eco sordo,
oscura reverberancia de mi cerebro
acorralado contra un féretro, yo soy hombre
y la pieza esencial de mi lectura
no da espacio suficiente a mi agonía
que sin duda los extremos
determinan ya su historia quebrada
algo en nosotros _ como una ventana
habríase declarado abyecto
suenan, siempre, los sonidos sonidos de mi espejo
la permanente maquinación,
el miedo por vias del medio
la injusticia de mi decadencia,
el extraño asalto que significó tu cercanía
el llanto incesante de mi estómago abierto
el llanto incesante de mi corazón corroído.
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