2/7/10

EL CAMINO DEL VENENO



Semejante humo aglutina las secuencias rituales,

empañada la cabeza, un agujero demasiado profundo

llueve nuevamente sobre Santiago,
escondido en la madriguera
recolecto afiladas sombras,

y repaso...

con qué arrogancia prescindía del espejo
la viva imagen de la soledad, en esos días tan nítida
como balas acorazadas contra el ser humano,
YO -lo imposible,
habría sido capaz de ahogarme en silencio,
absolutamente sólo.

Y la lluvia, un emblema letal ante las paredes
manifiesto milagro que señala el cielo,
traspasando vigoroza la velocidad del tiempo,
irrefutable ante la vergüenza
la vergüenza del uno-mismo

atormenta el suelo, cuya capa deshecha
masca de paciencia a los hombres-momentos,
con dientes como afilados zables,
con lenguas de superfluas carreteras,
y dice lluvia, lluvia

y la lluvia reprimiendo el bulto
los cartones finalmente mojados


escombros...

lluvia de noche y mi espejo quebrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario