dispuesto en un lugar invisible
invisibles se volvían todos los volúmenes
cremando con rabia los corazones restantes
aquellos residuos manifiestos de
humanidad
si permanecía oculto emanaría de mí
una ráfaga
y mi alma pregnaría Santiago de rojo
a veces creo ser un espasmo esporádico
a veces me manifiesto
y rompo todo cuanto me refleja
aquello que se movía, al abrir los ojos,
se transformaba en sangre
la vida era una arteria y
el hombre flujo
como hojas se desprendían los egos
como un sudor frío, de hombres fríos
como presenciar una naturaleza utópica
retratada en un cuadro demasiado bueno
pero absurdamente protegido
una rosa tenue
mira la catástrofe silenciosa
en silencio
la cosa le angustia
le teme a la vida
lee un pergamino
no existe en el registro
¡pero si creía estar viva!
y el ejecutor se hizo humo
se guardó en un cigarrillo y se consumió en
una boca
no hay responsables, no hay presencias
existe hoy en día el miedo
yo también lo he sentido.
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